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viernes

LOS TEMORES DEL SER HUMANO



TEMOR A LA INESTABILIDAD:
Lamentablemente nosotros experimentamos paradójicamente debilidad y fortaleza al "poseer" bienes o al relacionarnos con las personas que nos rodean. Si poseemos las cosas y establecemos lazos con las personas experimentamos una seguridad tenue, como de papel. Dedicamos mucho tiempo, por no decir toda la vida, a buscar a otros o a desear cosas y no nos detenemos a pensar en nuestro paisaje interior, donde el amor sea el Sol o en el bagaje intelectual donde el conocimiento sea el pan de cada día.

TEMOR A PENSAR:
Surge del miedo al rechazo, creemos que no sirven de nada las ideas nuestras, que nos van a tildar de idiotas o simplemente es un miedo a cambiar la imagen del ser humano que deseamos proyectar. El miedo a las críticas nos impide desarrollar la personalidad, porque nadie nos ha dicho que ese aspecto es bueno o se puede mejorar, no creemos que se pueda construir nuestro sueño. Y en ocasiones carecemos de fe en nosotros mismos.

TEMOR A HABLAR CON LA "VERDAD":
Este temor va de la mano con el temor a la soledad, el hecho es que esa persona se pueda molestar y nos puede condenar a la soledad porque nos excluye por decirle en su cara la verdad. Ante ese estado sentimos una cobardía interna que nos hace callar. Aunque de vez en cuando es mejor guardar silencio si no hemos de agradar con las palabras o vamos a ser muy duros en las expresiones, pero como dicen por ahí es mejor "un colorado que cien descoloridos".

Tenemos la certeza que la sociedad está empeñada en mantener la hipocresía en todo tiempo y situación humana. Si rompemos ese vidrio más de uno se va a molestar, pero si lo sabemos y con entereza lo asumimos, estamos en el camino hacia la grandeza humana. Si nos decidimos por la verdad adquirimos una sensación de libertad indescriptible y respondemos a nuestra esencia: la racionalidad. Bajo esos sentimientos podemos pensar en el desarrollo mental, en la tranquilidad de la conciencia, en evitar el rencor por no tener el valor de expresar lo que sentimos y pensamos.

Gracias a este estado de ánimo, nos damos cuenta que ese rencor es como un veneno que daña el recipiente que lo contiene. Le damos la importancia que tiene el ser diferente y transparente, y con nuestra forma de ser, aportamos algo valioso para la convivencia armónica, como es la sinceridad  que nos da el carácter para presentar "la verdad" sin tapujos.

TEMOR A CONFIAR EN OTRO:
Nace por todos los temores infundidos externamente, al sentir que nos han herido profundamente, y no queremos repetirlo. Juzgamos sin razón o con anticipación a los demás, o nos dejamos influenciar por la envidia mezquina, y hasta nos olvidamos que somos los constructores de nuestro destino, que la historia no está escrita, que hay personas que sí valen la pena y que esperan que abramos el corazón y en forma solidaria, busquemos la solución a los problemas de la vida.

TEMOR AL FRACASO:
Este nace por una inseguridad y desconfianza al vislumbrar el horizonte del tiempo, al no tener el dominio de ciertas características de belleza o de riqueza que nos impone la sociedad, de pensar en que no podemos cumplir con los requisitos que nos escribimos en la mente y la falta de aceptación de nuestras potencialidades y actitudes

TEMOR AL SEXO:
La mayoría de las veces nace al no aceptar nuestros propios cuerpos, porque hemos recibido un rechazo constante por parte de las personas en las cuales nos hemos fijado o simplemente de la sociedad, que crea estereotipos que nos impiden ser bellas mariposas que desafían a los vientos. O por prejuicios creemos que es algo indebido, y no una satisfacción personal que exige el ejercicio de la libertad responsable.

TEMOR A LA SOLEDAD:
¿Por qué sentimos que cuando perdemos algo material o algún ser querido creemos que una parte de nosotros se va con ellos? ¿Por qué unimos mediante un hilo invisible cada cosa y persona que nos interesa y sentimos seguridad al estar rodeado de ellas o de esos objetos?

Muchas veces es temor a nosotros mismos, a tener que encontrarnos y enfrentarnos a nuestros temores. ¿Por qué temer a la soledad, si es en ese estado cuando logramos conseguir mediante la reflexión la sabiduría para decidir qué es indispensable y qué es imprescindible?

Es en la soledad y el silencio, cuando logramos comprender que nuestra vida vale la pena vivirla si tiene un sentido, y la lucha diaria responde a un significado vital que nos hace trascender la cotidianidad y el instante.

 




texto modificado de Efrain Gutiérrez Zambrano
 catedrático y conferenciante

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