DESPERTEMOS CADA MAÑANA, CON EL CONVENCIMIENTO DE QUE TENEMOS CIENTOS DE OPORTUNIDADES PARA MEJORAR. Y CON EL PROPÓSITO DE NO PERDER NUNCA LA ILUSIÓN DE ALCANZAR NUEVAS METAS.

miércoles

LAS PALABRAS Y EL SILENCIO





El Universo es el mayor espejo que la Naturaleza nos ha dado, porque acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones,  palabras y acciones; ésta nos envía de vuelta el reflejo de nuestra energía bajo la forma de las diferentes circunstacias que se nos presentan en la vida.
Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, fracasarás. Por eso es tan importante nuestra actitud frente a la vida.
No te des mucha importancia y se humilde, pues cuanto más superior te muestres, inteligente y prepotente, más prisionero te vuelves de tu propia imágen y al final acabas viviendo en un mundo de tensión e ilusiones etéreas. Se  discreto, preserva tu vida íntima y de esta manera te liberas de las opiniones ajenas, tantas veces innecesarias.

Piensa lo que vas a decir, pues cada vez que dejes salir una palabra, dejas asomar una parte de ti; habla cuando sea necesario y no hables por hablar.
No hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario, palabras que proyecten ideas negativas, porque se dibujará a tu alrededor, todo aquello que has fabricado con ellas.
Aprende a ser como un espejo, observa y refleja. Como un sabio, escucha y piensa.
Ayuda a otros a percibir sus cualidades, a desarrollar sus virtudes, a brillar. Pero deja que ellos te ayuden también a ti.

No te comprometas facilmente, si actúas de manera precipitada, sin tomar conciencia de la situación, puedes crearte problemas. Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y decide después. Así desarrollarás la sabiduría.

Evita juzgar a los demás, pues cada vez que juzgas a alguien pierdes energía muy valiosa, necesaria para tus propias cosas.  No olvides que juzgar es una manera de esconder nuestras propias debilidades. Actúa como el sabio, tolerando, reflexionando y silenciando.
Piensa que todo lo que te molesta de los demás, es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto en ti mismo.

Tómate unas horas al día para escuchar tus silencios, pues a veces dicen más que las palabras. Cultiva tu interior, respeta a los demás, déjalos hablar a ellos y conviértete en tu propio maestro.

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